Ilusiónate, permítete soñar: Soñar es el motor de nuestra vida,
pero a veces nos centramos más en los impedimentos que en la propia meta.
No es la vida la que nos castiga, ni la fortuna la que no está de nuestro lado.
Es la duda y la preocupación constante las que nos mantienen en un sinvivir, en un baile interminable
pasos desacompasados hacia delante y hacia detrás, y que nos impiden avanzar.
Cuando llevas los sueños en el corazón, cuando la fe en ti es inquebrantable, cuando aún sin saber
cómo, cuándo, ni dónde, tienes la seguridad plena de que lo conseguirás,
cuando te sientes merecedora de todo lo bueno que hay para ti…
será la vida misma la que te irá mostrando el camino.
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