Para ver como Dios ve, es necesario dejar a un lado lo que perciben nuestros ojos naturales, lo que sienten nuestras emociones y lo que razona nuestro cerebro. Dios es ilimitado y todopoderoso, y además , Él está de nuestro lado y está deseando mostrarnos su favor.
La próxima vez que encares una situación difícil, recuerda: no evalúes la situación como si Dios no estuviera contigo. No pienses que tienes muchas o pocas probabilidades de éxito según tu propio entendimiento o experiencia, pues Dios siempre superará toda expectativa.
Sus recursos son más vastos que el mismo universo y su amor por ti más inmenso que los océanos . Él está deseando bendecirte y sólo necesita que confíes en Él.
¡Dios nunca defrauda y nunca llega tarde! Aprende a ver lo que Dios ve, y vive feliz.
Amén, Señor, que así sea, por siempre!!!
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